46

46 noches seguidas sin descanso de soñarte.
46 noches de intentar no pensarte antes de dormir esperando que así  no tengas lugar en mis sueños.
46 noches de también desear en una extraña forma que aparezcas a darme la tranquilidad que tu personaje de los sueños me regala todas las noches.

En cada sueño, aparece tu sonrisa, tu voz, 
siempre contenta, siempre iluminando.
A veces suenan las canciones que te canté durante el día,
 consciente pensándote.
Me guardo las palabras, 
me guardo las canciones que quiero regalarte.

46 noches de pensar si me estás pensando.
46 noches de recordar esos momentos en los que te sentí tan cerca.
46 noches (entre otros momentos), de imaginar como nos acercamos.
46 noches de despertarme en la mitad de la noche rogando que estés pensando en mi.

Siempre en algún momento de la noche, 
aparece algo divino de vos
 y aunque todavía te cueste creerlo, 
me tranquiliza tenerte al menos en los sueños.

Me culpo por vivirte soñando, 
porque me condena la necesidad de vivirte 
sea de la forma que sea.

Todavía tengo la esperanza de que nos encontremos,
Dijiste que la vida era una sola,
dijiste que todo se terminaba
dijiste que había que hacer lo que uno sentía.

Te miré, me entendiste,
me esquivaste.


Te sigo buscando como enfermo al remedio, como comienzo al final.
Nos lo debemos.

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