Poesía en realidad
Era una película de poesía, o una poesía disfrazada de película. Se prendió la luz, se encendió la cámara y solo se vieron sus ojos. Silencio total. Se corta el aire unos segundos demostrado en sus sonrisas, pero los ojos se estremecieron tanto tanto que se notó en todos los rincones de los cuerpos, por lo menos en su cuerpo. Y pasaron las horas y las voces se enlazaban, y se hacía de noche y los sueños brotaban. Se escondían las palabras por el miedo a tener frío, pero estaban criando en secreto silencios que hablaban más que mil palabras en una canción. Las almohadas nerviosas las iban empujando a imaginar momentos con la ayuda de las estrellas (que brillaban más que nunca) y el fresquito refrescante de la noche. Cuánto quería una de ellas escapar corriendo hasta tomarla de la mano y caminar, caminar, caminar, caminar... y no dormir, simplemente caminar sin toparse con nada más que sorpresas y la extraña sensación de esas manos que tanto se entienden. Es un cuento de terror p