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Mostrando entradas de agosto, 2018

Querida yo

Querida yo;                   Este es el día después del terremoto. Te encontrás medio dudosa, parpadeando lento, sonriendo despacio con miedo a que se borre el  motivo que te hizo sonreír. Estás miedosa, sensible, pequeña.  Solo quiero pedirte que no tengas miedo de crecer. Hoy te habla tu fortaleza y antes de seguir quiero pedirte disculpas por haberme ido sin aviso, pero hay días que necesito descansar. Me llegaron tus señales, olí tus lágrimas y tu perfume de tristeza. Me has formado como resultado de muchas sensaciones muy extremas, felices, tristes, nuevas y viejas pero acá estoy y no voy a soltarte... solo tengo que tomar distancia para que entiendas que sin mí no pueden abatirte. Crecer es entender la deslealtad, la decepción y el conformismo. Crecer es decidir y por ende, sufrir consecuencias antes, durante y después de cada paso que des. A veces las calles van a estar más difíciles de atravesar, menos claras y seguramente vas a pensar mucho en todo lo demás, n

Total mi corazón...

Y vos creías que todo se trataba de un juego. Dejame que te cuente algunas cosas por las dudas de que alguna vez creas necesario cuidar algún otro corazón. Los corazones y los ojos se comunican sin estar presente la razón, bah al menos eso creía yo hasta conocerte de frente con una verdad pendiendo de las dos.Yo había generado con tus ojos y con tu alma una conexión que terminó siendo ficticia...fue un cuento de tu razón que tan muerta parecía en los poemas del principio y tan hirviendo vive en todas tus acciones reales. Me acuerdo que tu razón me acompañó en un truquito de crear un mundo paralelo, donde dormíamos al sol pero no nos quemábamos, donde nos dábamos besos en secreto sin inlcuso, decirle a nuestras sombras... era un mundo espectacular. Por momentos lo quemaste, lo odiaste y hoy, mil palabras después entiendo que eso era lo que tenía que pasar, había que quemar ese mundo de mentira que me hiciste,o bueno perdón... que tu razón me hizo dibujar. Tenías para mí, una mane

Un mundo donde.

Que lluevan las palabras sin pensar. Los sueños me dejan medio descolocada y sería tan fácil poder entenderlos. Poder llamarte y preguntarte qué tengo para decirte. Me molesta todo, me incomoda estar incómoda. Que lluevan las palabras. Quiero escribir cosas preciosas, pero mi novela es negra. Quizás un mundo donde la riqueza realmente la logremos con existir. Un mundo donde no importa el clima porque siempre estamos conformes. La música la elije la mente pero siempre es la correcta. Un mundo donde el silencio no sea inquietante. Un mundo en el que aprenda a tocar la guitarra sin mirar acordes. Donde cantar no me de verguenza. Donde escribir porque sí sea mi trabajo. El cielo tiene ese color naranja que me vuelve loca. Los besos están cada vez que los recuerdo. Mi cuerpo está liviano, viviendo y habitando los misterios. Fundiendo creación, inventando palabras, entendiendo todo pero sin pensarlo. Existe esa utopía hermosa que no lleva nombres ni himnos. No tiene bandera, o l

Todo lo que vi.

Entonces te empecé a mirar desde afuera, con ojos de enamorada... pero desde afuera. Vi que no podías consolarme en los llantos sin sentido. Vi que no sabías besarme para apagar mis ataques de locura. Vi que no me hacías sentir lo que necesitaba que me hicieras sentir. Vi que no podíamos congeniar, en palabras, en miradas. Vi que tus ojos son tramposos, mentirosos. Vi que no me querías tal como soy. Vi que siempre sería poco para tu voz. Vi que podías dormir mirando para otro lado. Vi que te consolabas en el silencio pero no me consolabas a mí. Vi que tenías perspectivas distintas para amar. Vi que no te hacía feliz. Vi que te sentías culpable. Vi que te arrepentías de todo, todo el tiempo. Vi que estabas incómoda. Vi que me hacías sentir incómoda. Me vi aburrida. Me vi apagada. Me vi en silencio. Que suerte que vi.

La comodidad de la tristeza

Me queda cómoda la tristeza. Estuve estos días compartiendo filosofías con amigos tan bohemios como hermosos, llegamos a miles de conclusiones pero una de las que más me gustó fue la que involucraba la comodidad de la tristeza como slogan de cada día. Hacía unos días estaba descubriendo, volando, con los ojos brillosos y la sonrisa despierta, sincera. Yo sentía que todo iba a ser, una vez más utópicamente, un camino de felicidad sin sombras ni momentos de frío. Bueno, la realidad es que hoy, donde estoy... o mejor dicho donde vuelan mi mente y mi corazón, no hace frío ni tampoco hay sombras. Simplemente hay silencio. No espero que nadie y nada tenga las respuestas servidas que siempre esperé porque entendí y realmente entendí, que cuando tomamos acción sobre todo eso que soñamos (hablo siempre desde la individualidad) las reflexiones son  más maduras, llevan su tiempo pero están llenas de un silencio sanador y protector...de introspección. Otra palabra que aprendí a desarrollar

Esos ojos.

Te voy a contar un cuento corto que me hizo soñar toda la noche. Se trata de tus ojos... ayer vinieron a verme de frente, después de algunos desencuentros y muchos poemas sin verlos. Me miraron muy fijo, estaban claros y extrañamente seguros. Cuando vos hablabas cosas sin sentido y yo escuchaba sin escuchar, tus ojos le dijeron a los míos que no prestaran atención a lo que estaba pasando en la realidad. La intensidad de tus ojos estaba más brillante que nunca, hasta hizo que me quisieras abrazar, que me pidieras estar cerca, que me acaricies el pelo y las manos. Tus ojos me dejaron en silencio. Cuando quedé en silencio, nuestros ojos empezaron a hablar. Los vi, los sentí. Me da miedo que no quieras escucharlos porque si vieras lo claro que fue su mensaje nos hubieramos encontrado hasta en lo más profundo de la profundidad. Si ponemos pausa a nuestros cuerpos y entrergamos el tiempo a nuestros ojos, no podríamos parar de sentir. Te imagino sientiendo y me siento sientiendo, y