El miedo

El miedo me transforma en un cuaderno de desesperación,
toda esa bohemia tan mía de repente desaparece,
se va y se econde tan bien que hasta llego a olvidarla.

Me late fuerte el corazón,
las manos me tiemblan.
Esta vez fue la primera vez.
estuve sentada frente a frente con el miedo.

Ese miedo que me hizo hasta perder un poco la cordura,
hablar sola y decirme que la calma llegará.
El miedo me hace hablar susurrando pero en voz alta.
Me apreté las manos y necesité la luz prendida.

Con el sol, llegó la libertad de todo ese miedo 
que había pasado la noche apretandome el pecho.
Es como si se hubieran soltado miles de globos al cielo,
pero con más enojo que una poesía.

No eran lágrimas romántincas, ni sensibles.
Eran bombas de dolor y angustia.
Bronca de esa que viene con conjoga. 

Esas fueron mis lágrimas, asustadas.
El primer rayo de sol les dio el calor 
que necesitaban para salir a gritar.

El miedo me hizo no querer volver.
Pero volví. Con una furia tan viva pero tan sensible
como las lluvias de verano con los truenos, volví.

Y después volví a volver.
Vi en sus ojos el perdón, me lo dijo su abrazo.
Y yo nuevamente lloré,
pero esta vez lloré
por el vacío que dejó el miedo tormentoso de la noche anterior.

Le pedí que entienda mi amor,
pero que no olvide mi miedo,
ese miedo que hizo revivir la desolación,
cuando más protegida debía dormir. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Otro corto cuento.

25 Junio 2024

HOLA