Todo ese corazón.

Si entendieras el valor de tu motor.
Tu motor que es siempre tu corazón,
y si seguimos enlazando
son tu más lindo atributo,
tus ojos.

Es tan sensible pero tan guerrero.
Lo llevas en tu piel.
No todos lo entienden,
no todos tienen la suerte de conocerlo.
Yo lo amo, el me entiende y se relaja.

Tiene sus días de heladas y alegría
y sus días de calor y tristeza.
Es un eterno al revés.
Pero siempre vivo e impulsando.

Único, frágil tan deseado de amar,
tan relleno de amor, de fuego.
Desesperado por soltar
y de una vez por todas dejarse caer
en lo que son las miradas del amor.

Sos la única que puede verlo de cerca,
no dejas que se acerquen a cuidarlo,
a besarlo y volverlo a besar.
Solo dejás que lo seduzcan, lo diviertan
lo cieguen y lo dejen.

Así creció, así es hoy.
Enorme, gigante, rojo y muy brillante.
Tu corazón, que es tu sangre, tu fuerza,
tu tan magnífica locura
y lo más hermoso que se resume en tus ojos.

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