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Sí, una vez el mundo se pausó y en el silencio nacieron algunas criaturas de color. En esa pausa que no fueron segundo ni minutos, por eso no llegaron a ser horas, se revelaron todas las palabras que nunca se dijeron, florecieron todas las semillas que no se sembraron y murieron los dolores incurables. Se besaron los que no se conocían y se abrazaron los que estaban en guerra. El silencio cobró sonido en el viento y el mar se planchó para que los piratas pudieran tirarse a nadar. Una tarde creen que fue, pero una noche duró. Las estrellas bailaban al rededor del sol creando una imagen que cegaba a quienes no podían de mirar. No hubo dios, no hubo fe, no hubo criterio ni opinión. Se preguntaban las personas si de esto se trataba morir, o soñar, pero nadie pudo contestar con verdad porque el estado era un abrazo eterno y profundo del mundo con el mismo, en el que el resto de los seres humanos quedaron en segundo plano. Fueron piso del universo que quiso estirar las rodillas